viernes, 13 de febrero de 2009

JUANITO VAREA, 100 AÑOS

(Publicado en la Revista "UNICORNIO" en diciembre de 2008)
José Francisco López (Arahal)

Tal vez por esa extraña simpatía que tengo por los artistas poco recordados e injustamente olvidados, hoy recuerdo que un 26 de abril de 1908 nació en Burriana (Castellón) Juan Bautista Varea Segura, Juanito Varea. Y es que se han cumplido cien años de su nacimiento y no he visto por ningún lado homenajes ni recordatorios, tan fácilmente realizables para otros artistas. Sólo el Ayuntamiento de Burriana ha organizado una serie de actividades para recordar su figura. Y es que, tal vez para algunos no forme parte Juanito Varea de los pilares que sustentan el Flamenco, pero ¿cúantos son los cantaores de verdad que conforman esos pilares?

Para mí Juanito Varea es un cantaor recurrente, hay cantaores que te llegan sin saber muy bien por qué, pero los escuchas y te emocionas. A mi me ha pasado muchas veces, sobre todo con los que escuchaba siendo niño, cantaores que me emocionaron en algún momento. Y que no se le olvide a nadie, ahora que estamos en plena vorágine de la bienal de Sevilla, que al final el arte se reduce a que te guste o no te guste, a que te llegue o no te llegue, a que te emocione o no te emocione, por eso se producen las paradojas de coger varias críticas de un mismo espectáculo y sentir que los que las escribieron asistieron a dos recitales diferentes, porque no se ponen de acuerdo en nada.

En fin, una vez, hace muchos años, escuché en la voz de Juanito Varea el fandanguillo de “Consuelo la Granaína” y me conquistó para siempre. Y aquí estoy rindiendo un humilde homenaje a un cantaor de Burriana, que me emociona.



Como he dicho anteriormente Juanito Varea nació en Burriana el 26 de abril de 1908. Siendo muy niño se trasladó con su familia a Barcelona, donde se relacionó con los gitanos de Somorrostro barcelonés, ya que su padre se dedicaba a al transporte tirado por animales y también era tratante. Juanito Varea empezó a cantar muy joven en el colmao de Miguel Borrull hijo, en Barcelona, y de allí pasó a la compañía de Vallejo de la mano de Angelillo, que lo había escuchado cantar por casualidad en el local de Borrull. De Barcelona pasó a Madrid donde participa en las fiestas de Villa Rosa, y de aquí otra vez a Barcelona y Sevilla. En 1928, de nuevo en la Compañía de Vallejo, debuta en el Teatro Pavón de Madrid junto a grandes figuras del momento. Realiza giras por toda España, forma parte del elenco de Pepe marchena y en 1930, con sólo 21 años, graba su primer disco, y ese mismo año vuelve grabar varias placas con la guitarra de Ramón Montaya en la casa “La voz de su amo”. También graba varias placas con Miguel Borrull.

La Guerra Civil irrumpe su vida, y tras luchar del lado republicano, fue detenido al finalizar la contienda. Se salvó gracias a unos amigos toreros.

En el año 1942 se incorpora al espectáculo de Concha Piquer. En 1945 forma parte de otro espectáculo con Vallejo, Pepe Marchena, Canalejas de Puerto Real, Pepe Aznalcóllar, Ramón Montoya y Niño Ricardo. Desde entonces y prácticamente hasta principios de los 70 se dio su época más brillante como artista, recorriendo toda España y gran parte del extranjero y llegando a formar compañía propia. Durante dos décadas fue la principal figura del tablao Zambra de Madrid.

En 1983, ya retirado por su delicado estado de salud, la Cátedra de Flamencología de Jerez, le concedió el Premio a la maestría como reconocimiento a toda una vida dedicada al cante.

En 1984, con un estado de salud bastante precario, el mundo del Flamenco le homenajeó en el Teatro Monumental de Madrid, el mismo lugar donde conquistó el primer premio en un prestigioso concurso en 1932.

El 24 de julio de 1985, en el antiguo mercado de La Unión, Juan Varea cantó junto a Juan Carmona “Habichuela”, la que sería la última actuación de su vida, ya que falleció en Madrid el 8 de noviembre de 1985.

Juanito Varea nos ha dejado una extensa discografía donde se puede observar el dominio de todos los palos que tocaba. Es considerado un clásico con una voz flamenquísima que se codeó con los considerados grandes de su época. No hay que olvidar que fue uno de los cuatro elegidos para disputar la Llave de Oro del Cante en el Concurso de Córdoba de 1962.

Hago mías las palabras que le dedicara Manuel Ríos Ruiz: “Es un experto en bien decir la copla. Su dicción es quizá una de las más cabales de hoy. Más que con pasión que existe en sus cantes, JUAN VAREA canta con gusto, con buen gusto y ya se sabe que al mejor gusto flamenco van ligados ingredientes y condimentos como el garbo, la donosura, la claridad..., de ahí que se nos antoje un sibarita del cante, un cantaor que se amolda a cada estilo a la par de saber llevarlo a su terreno, a la vibración donde él se siente seguro y al tono donde puede mandarlo con tiento y personalidad. Sí, JUAN VAREA es por encima de todo un cantaor con medida, de esos pocos que supeditan todos los tercios a una misma musicalidad, la que sabiamente marca, fija, de salida. En su voz no hay estridencias, ni se refugia en el grito más o menos artificioso, ni busca el apoyo del quejío a ultranza. No, JUAN VAREA no recurre al efecto, ni es cantaor de relumbrón. Lo suyo es el equilibrio, eso, el equilibrio, la templanza, la naturalidad...”

Por su parte José Blas Vega dijo de Varea: “uno de esos artistas de los que honré con su amistad y me deleité con su arte fue Juan Varea, acertadamente llamado “Rey sin Corona”, cantaor de conoci-miento largo y expresión majestuosa. Y como no se trata de hacer su panegírico, diré simplemente que fue y sigue siendo uno de mis cantaores preferidos, de los que más me agradaron.”
Juanito Varea no era ni andaluz ni gitano, era un Flamenco como la copa de un pino.